Siempre como una obra de arte, la naturaleza no ha dejado de asombrar al ser humano
Resuelto a permanecer en ese lugar hasta el final de sus días, prometió un jardín entre las rocas -todos tomaron parte en el trabajo…había que prolongar una zanja y conquistar terreno al mar, contra la marejada y ocurriera lo que ocurriese, hizo traer tierra, plantó flores, durazneros y naranjos -en mi ventana puso un jazmín enredadera-
…él mismo, bajaba las matas de césped y ayudó a colocarlas con precaución sobre el declive del terreno, sabía que el césped transplantado en suelo extraño necesitaba cuidados especiales para crecer, y se hizo cargo de la tarea de regar con abundante agua…
Un enorme abanico de intensa llovizna, era el escenario sobrecogedor del “arco iris”
Recuerdo ocasiones, aproximándome a las rejas tras el velo de jazmines blancos, y permanecer ante aquél “arco iris” como un milagro portador de buenos augurio.
Muy pronto el jardín improvisado entre las rocas, fue considerado una maravilla.
Aún hoy, la casa anclada como un viejo barco, encierra la magia del “arco iris” y yo me deslizo a hurtadillas invadido de voces e imágenes lejanas:-veo al niño ganando la canilla y chapotear en un charco de barro...
“La figura venturosa de aquél "hombre" de pie en el portal de la casa”
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